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Según la Tradición, lo que permite la percepción de un "fenómeno" observable, exterior o interiormente es la Forma. Esta pone en contacto lo observado con el observador a través del evento de la observación. Da esto resulta que la Forma puede entenderse como el "contenedor" de una manifestación que no debe ser, necesariamente, considerada solamente física. Siendo que la percepción depende de la Forma se pueden tomar en consideración dos aspectos: el observador y el fenómeno observado. Mientras que la Forma del fenómeno es generada por el fenómeno mismo, el observador, que lo percibe, tiene la responsabilidad de no deformar lo que percibe.La Escuadra y el Compás son los símbolos que representan una recta y sensible percepción. Se debe tener presente que, en el acto de la observación, generamos siempre una Forma que depende en parte de la perción y de la cual somos responsables.
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