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La Libertad nos permite expresarnos en nuestra manifestaciones y, consecuentemente, tomar conciencia de nuestra identidad respecto al mundo que nos circunda. Todavìa sucede que, en la difìcil confrontaciòn con el mundo externo, se prendan a menudo, como referencias, modelos que bien poco tienen que ver con nuestra esencia. Por esto, nuestra identidad resulta falseada a nuestros mismos ojos. Todo esto es profundamente innatural y conduce a la ansiedad, a la inseguridad y a la desconfianza en sì mismos. La libertad interior nos permite profundizar la bùsqueda de nuestra identidad, siempre que sepamos superar los falsos modelos que, a menudo, son verdaderos dogmas que no hemos puesto en discusiòn. El deseo de buscar una verdadera y convincente identidad representa el primer paso hacia un crecimiento interior.
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