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Todas las personas deben gozar, siempre, de la Libertad de manifestarse en la Vida con la propia dignidad y segùn sus conocimientos y posibilidades. La libertad presenta dos aspectos: uno exterior y otro interior. Aunque si son de diferente naturaleza, en la Vida cotidiana, se confunden entre ellos. La Libertad exterior es aquella con la cual se participa plenamente en la Vida exterior. Sin ella, la Dignidad de los seres vivientes no podrà alcanzar el nivel que le compete. La Libertad interior es aquella que nos permite declarar, sin vìnculos, nuestra propia identidad. A esta Libertad se oponen los dogmas. De estos, aquellos que tienen un origen interior, son los màs insidiosos y por esto los màs difìciles de combatir por qué, a menudo, no emergen claramente en la conciencia. Por lo expuesto, el deber de todos los hombres libres y responsables es aquél de superar el pensamiento dogmatico de todo género.
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