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| El elemento Aire,
como sugiere el siímbolo, representa el flujo
del Devenir que se para delante el Microcosmos
de quién lo podrá generar como Fuego. Deteniéndose el flujo, se deteniene la la percepción del Devenir. Por esto, el modo de asociarse al Aire representa el modo de asociarse al pensamiento no operativo. Esto hace desplazar mayormente la atención sobre la conciencia del tiempo presente y tiende a hacer prevaler la presencia de un Microcosmos individual encerrado en el propio pensamiento. La prevalencia incontrolada de un Microcosmos individual implica una real dificultad en la percepción de nuestras responsabilidades operativas en relación con el Macrocosmos, en cuanto un microcosmos individual tiende a "ver" sólo sí mismo. En ese sentido adquiere significado la exhortación al superamento de toda individualiodad profana. En los elementos Aire y Tierra, vividos profanamente, estàn incluídos los principios de la generación de los Metales al interior del Microcosmos. Todavía, el Aire no es un elemento dinámico: no fluye, y por eso no puede generar verdaderas transformaciones en el Devenir.
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