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| A menudo nos
sentimos del todo inadecuados para enfrentar, con
la claridad necesaria, los grandes problemas
existenciales que se suceden en nuestra vida y
que se presentano en nuestra conciencia bajo
forma de percepciones. Una desagradable impresión, muy común en quien trata de aprehender en profundidad los significados, está representada por la sensación de fugacidad de aquello que se tenta de enfocar. Es como si se hiciera el vacío bajo los pies. Se perciben cosas que se desvanecen apenas dirigimos sobre ellas nuestra atención. Casi siempre se renuncia a focalizarlas nuevamente y se acaba por considerarlas sin importancia siendo racionalmente inasibles. Y pensar que, en la mayor parte de los casos, es en ese momento que podrían aparecernos mensajes interiores dignos de ser considerados con mucha atención. La Naturaleza nos ha provisto de medios e inteligencia adaptos para afrontar los problemas existenciales. Es necesario salir de ese callejón sin salida que es lo definible, para entrar en la esfera del esoterismo. Esto requiere un grande rigor interior para evitar de ser fácilmente deslumbrados. Son necesarias también la constancia y la paciencia, sin desanimarse si al principio los resultados retardan por llegar.
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