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A pesar del importantisimo papel - premisa no discutible de todos nuestros razonamientos y meditaciones - que juegan los Postulados en nuestra libre búsqueda interior, no les prestamos, generalmente, mucha atención. Son particularmente deletéreos los postulados implícitos, aquellos es decir, de los que no somos concientes, pero que todavía son presentes aunque si inadvertiblemente. Muy a menudo, los recibimos como una "herencia" del pasado, junto con los usos y las costumbres de la sociedad en la cuál vivimos. Es muy difícil dar ejemplos significativos debido a que ellos son tipicamente individuales. Un ejemplo muy burdo lo puede constituir el vago sentimiento de culpa que acompaña la vida de tantos hombres, sin que se pueda encontrar una razón plausible de su presencia.. En realidad los verdaderos postulados implícitos son mucho más invisibles. Nuestra libertad de juicio es fuertemente condicionada por tales postulados. Frecuentemente, tratando de encontrar soluciones a nuestras dudas, no nos pasa por la mente, que un postulado implícito pueda ser la causa de nuestras dificultades. Sería ya tanto si solo se lograra sospechar la existencia de estos.
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