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Observar, adquirir conocimientos y saber valorar son tres pasos obligados para cualquier investigador. Los tres verbos resúmen el proceso cognitivo. El investigador de la interioridad no se debe detener en la exterioridad de los mencionados pasos, debe penetrar los más profundos significados que son difíciles de aprehender porque se presentan en forma implícita y sutil. Ante todo, el investigador debe tomar conciencia de la fuerza vital que conllevan tales acciones. De igual manera, para el conocimiento, debemos preguntarnos por qué nos mueve el deseo - que a veces llamamos curiosidad - de observar, de adquirir conocimientos y de valorar. También debemos tratar de comprender la importancia del pasaje del conocimiento a la conciencia que puede llegar al términe del proceso cognitivo. Además, debemos reflexionar sobre el hecho que, alcanzada una suerte de conciencia , esta, de todas maneras, produce en nosotros una Forma que no puede permanecer completamente encerrada y secreta en nosotros mismos. El investigador debe, por eso, aprender a percibir la responsabilidad intrínseca del acto de conocer según conciencia. Tal responsabilidad no solo compromete a nosotros mismos sino también a los otros.
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